MARCA 2012MRC17SEMAD17/09/201208:00REAL MADRIDFoto MILTMP34976426.jpg (16193579)17/09/1203:37GENERALno me gustan los lunes146599.99328397.857274000.45939381.3170.0000.000Roberto Palomar146599.99339404.496274000.45950411.1560.0000.000El entrenador que nunca tiene la culpa146599.99354080.048274000.45976093.3900.0000.000Al Real Madrid le asaltan más problemas, aparte de los ocho puntos del Barcelona: su entrenador confunde la realidad.146599.99376093.369274000.45987100.0510.0000.000Mourinho es hoy un entrenador atribulado, perdido, un hombre errado en su diagnóstico sobre los males del Real Madrid. No es falta de actitud. Nadie dejó de meter la pierna en Sevilla, nadie se olvidó de correr y de darlo todo. Fue un partido macho, que diría Relaño. Uno de tantos de los que ha jugado el Real Madrid bajo el yugo de Mourinho. El típico encuentro que el Madrid ganaba la temporada pasada con la gorra, sólo con que un estornudo de Cristiano Ronaldo se colase por la escuadra. El problema es mucho más profundo pero escapa al análisis banal y simplista del entrenador porque lo señalaría a él como principal culpable, que lo es. El problema del Real Madrid es que no juega ni a las tabas. Peor aún. No juega a nada. Viene siendo así desde que Mourinho se hizo cargo del equipo. Entre las virtudes que le han llevado a ganar la Liga y a mover el trono del Barcelona no está el buen juego precisamente. Son virtudes que tienen que ver con el toque de corneta, con vivir de los defectos del contrario, con el fútbol de contraataque, con chupar la sangre al rival, con la intensidad física y la concentración, con el efecto camuflaje de los goles de Cristiano Ronaldo, que tantas tardes de mal juego han tapado. El de Mourinho es un fútbol comúnmente usado por los equipos pequeños para evitar el descenso. El gran acierto del entrenador ha sido convertir su juego primario en un sistema útil para ganar títulos. A corto y medio plazo, funciona. Pero a la larga, a los equipos de Mourinho les falta grandeza. Si, además, coinciden en el tiempo con un rival como el Barcelona, la comparación resulta especialmente incómoda. El aficionado sabe, aunque sea socio y abonado del Real Madrid, cómo ganan unos y cómo ganan otros. Si el socio en cuestión tiene años de antigüedad y el culo pelado de sentarse en el Bernabéu, debe de estar pasando un auténtico bochorno.
ESCURRIR EL BULTO. Mourinho nunca lo reconocerá y siempre llevará el debate a su terreno, al fango donde mejor se maneja: el de repartir culpas y escurrir el bulto. Encender el ventilador para que los perdigones de estiércol manchen a los demás mientras su figura queda impoluta es la especialidad de la casa. Esta semana toca echar la culpa a los jugadores, cargarles de responsabilidad y convertir al entrenador en un personaje lateral, secundario, al margen de los males del equipo, como si la cosa no fuera con él. Hemos ganado, han perdido. De manual. El típico personaje que se daría a la fuga después de causar un atropello. Ya lo hizo cuando fue preguntado por la tristeza de Cristiano. De repente, Mourinho dejó de ser mánager y portavoz del Real Madrid. Resulta que ser Valdano era mucho más difícil de lo que parecía. El Todopoderoso ha sido incapaz de suplantar la figura del añorado portavoz siquiera en una rueda de prensa. El infantil caso del crack triste, solo y abandonado, es el típico asunto que hubiera despachado Valdano en cinco minutos, en un corro de periodistas, desde la ventanilla del coche.
DESPROPÓSITO. La rueda de prensa de Sevilla fue un despropósito, un error de bulto, una demostración de que Mourinho no sabe por dónde se anda, una incapacidad manifiesta para detectar los males del equipo, un confundir permanentemente el culo con las témporas. El técnico, que tanto se vanagloria de no echar mierda sobre sus jugadores, vertió un cubo entero y se quedó tan ancho. Como figura retórica, se autoinculpó en algún momento, pero fue más por no quedar como un ventajista ante la afición que por convencimiento propio. Y todo, bajo la aquiescencia del club que co-presiden Florentino Mendes y Jorge Pérez ¿O era Jorge Mendes y Florentino Pérez? Da igual. Tanto monta, monta tanto en la curiosa hegemonía que arroja este singular binomio. Dice Mourinho que, ahora mismo, no tiene equipo. Lo que hay que ver es si el Real Madrid tiene un entrenador o un vendedor de crecepelo. 210299.99790768.937273999.996345999.7520.0000.000146599.99390768.937210299.992347591.0090.0000.00034977992.jpg174999.907146645.867239999.918351256.9940.0000.00034977717.jpg234333.78024728.944273999.98550411.1510.0000.000